Ensamble

Su aspecto actual se completó a finales del siglo XVIII y fue diseñado por el arquitecto Melchor de Prado. Posteriormente se instaló aquí un antiguo colegio de jesuitas y se le añadió una planta más. En la actualidad, el edificio más magnífico es la Universidad Compostelana y entre sus dependencias destacan el Salón Central (decorado con frescos de Fenollera y González), el Rectorado (con una fabulosa sillería del siglo XVII) y las Bibliotecas. Hoy en día este edificio alberga la Facultad de Geografía e Historia y el Instituto de la Lengua Gallega.

Arquitectos

La Universidade de Santiago de Compostela – USC (gallego: Universidade de Santiago de Compostela – USC, español: Universidad de Santiago de Compostela – USC) es una universidad pública situada en la ciudad de Santiago de Compostela, Galicia, España. Un segundo campus se encuentra en Lugo, Galicia. Es una de las universidades más antiguas del mundo en funcionamiento.

Los orígenes de la universidad se remontan a 1495, cuando se abrió un colegio en Santiago[4]. En 1504, el Papa Julio II aprobó la fundación de una universidad en Santiago[5] pero «la bula para su creación no fue concedida por Clemente VII hasta 1526″[6] En 1555 el instituto comenzó a separarse de la enseñanza estrictamente religiosa con la ayuda del Cardenal Juan Álvarez de Toledo y empezó a trabajar para desarrollar otros campos académicos, incluyendo los campos científicos emergentes.

En la actualidad, las instalaciones de la universidad ocupan más de 130 hectáreas. En cuanto a los recursos humanos, la universidad cuenta con más de 2.000 profesores dedicados al estudio y la investigación, más de 42.000 alumnos y más de 1.000 personas que trabajan en administración y servicios. Además, en 2009, la Universidad recibió la acreditación de Campus de Excelencia Internacional por parte del Ministerio de Educación, reconociendo a la USC como una de las universidades más prestigiosas de España.

Entrevista a Peter Eisenman: El campo de la alteridad

Santiago de Compostela es una pintoresca ciudad medieval situada en la región noroccidental de Galicia, literalmente lo más lejos que se puede estar de lugares de interés turístico como Barcelona, las Baleares y Bilbao. Es un formidable destino turístico por derecho propio, pero con una tendencia a la antigua usanza, centrada más en el turismo y la cultura que en la vida nocturna y el desenfreno, aunque cuando los peregrinos celebran la misa del día de Santiago, se produce un cierto caos moral.

Suponemos que tiene la intención de visitarlo en momentos más tranquilos: no hay nada como un antiguo convento, convertido en un elegante y moderno hotel de diseño, para invitar a una tranquila contemplación. Los interiores son modernos, y no de una manera que llame la atención: la arquitectura original está en gran parte intacta, pero en lugar de kilómetros de antigüedades y colchas auténticas utilizadas por la Hermana Fulana, los diseñadores han optado por un aspecto comedido y sobrio, con líneas nítidas que contrastan con materiales y colores ricos. La sensación es la de una evolución natural; no se trata de un hotel histórico de cera, pero es lo suficientemente fiel a su entorno medieval como para imaginar que este es el tipo de alojamiento que las Hermanas preferirían hoy.

Antón García-Abril

Alonso III de Fonseca obtuvo la autorización papal para su fundación en 1526, siendo ya arzobispo de Toledo, y procedió entonces a encargar los primeros planos del edificio al arquitecto Juan de Álava, que por entonces trabajaba en la construcción del claustro de la catedral. El proyecto definitivo fue elaborado por otro gran arquitecto de su época: Alfonso de Covarrubias. Las obras se iniciaron en torno a 1532 y no terminarían hasta mediados del siglo XVI.

El resultado fue el bello edificio que, en gran medida, todavía puede visitarse hoy: un edificio cuadrangular con un gran patio central en torno al cual se disponen los distintos departamentos de la institución. El modelo arquitectónico que se menciona con frecuencia en relación con este edificio es el Colegio de Santa Cruz de Valladolid, construido a finales del siglo XV por Enrique Egas y Lorenzo Vázquez de Segovia, una obra famosa en la arquitectura española por haber introducido muchos elementos del arte renacentista.