Cuál es la iglesia más antigua de Filipinas

Febrero3 | Beato Esteban Bellesini, SacerdoteLuigi Bellesini nació en Trento, Italia, el 25 de noviembre de 1774. Ingresó en la Orden en el monasterio de San Marcos de su ciudad natal, tomando el nombre de Esteban, y profesando el 31 de mayo de 1794. Tras estudiar en Roma y Bolonia, se vio obligado a regresar a Trento durante la supresión gubernamental de las casas religiosas y allí completó su formación teológica. Fue ordenado sacerdote en 1797. Tras varios años de ministerio, principalmente como predicador y profesor en las escuelas locales, también se ordenó el cierre del monasterio de Trento y Esteban se vio obligado a regresar a su casa familiar. Allí dedicó sus energías a la enseñanza de los niños pobres de la ciudad con resultados tan notables que su trabajo se ganó el respeto de las autoridades locales, que lo nombraron director y superintendente de todas las escuelas del distrito.

Sin embargo, cuando se le presentó la oportunidad, renunció a estos cargos y se dirigió en secreto a Roma para reanudar su vida religiosa. Fue nombrado maestro de novicios primero en Roma, luego en Umbría y por último en Genazzano. Los últimos años de su vida los pasó como párroco en el Santuario de Nuestra Madre del Buen Consejo, donde murió mientras atendía a las víctimas de una epidemia, como mártir de la caridad, el 2 de febrero de 1840. Esteban fue beatificado por Pío X el 27 de diciembre de 1904. Sus restos se veneran en una capilla especial dedicada a él en el Santuario de Nuestra Madre del Buen Consejo, en Genazzano.

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El Capítulo General de 1491, celebrado en Roma, decretó: «En todas las casas y monasterios de nuestra Orden se celebre el Oficio de San José, cuya fiesta es el 19 de marzo». En 1722 la Orden obtuvo la facultad de celebrar el patronazgo de San José el tercer domingo de Pascua, siguiendo la práctica de las Congregaciones de Recoletos y Descalzos de la Orden que habían obtenido este privilegio en 1700.

En la conmemoración de hoy nos encontramos con Fulgencio, un cristiano del siglo V que se aficionó a la vida religiosa leyendo algunas obras espirituales de San Agustín. Siguió bien el ejemplo de Agustín, combinando una vida de contemplación con la de servicio generoso a la Iglesia.

Hoy recordamos a todos los familiares fallecidos de miembros de la Orden de San Agustín. Reconocemos que muchos de ellos fueron especialmente influyentes a la hora de acompañarnos en nuestro camino hacia la vida religiosa y a través de ella. Nuestra deuda con ellos, así como nuestro afecto natural por los lazos de sangre, nos mueve a rezar de manera especial por su felicidad y paz eternas.

Provincia agustiniana de Sto. Niño de Cebú

En 1572, el español Fray Alonso de Alvarado, OSA se unió a Juan de Salcedo en el descubrimiento del norte. Esto se convirtió en la onda expansiva que inició la proclamación del Evangelio en la Ilocandia, que se extendió a lo largo y ancho hasta el presente.

A los agustinos se les atribuye la fundación de las antiguas ciudades de Ilocos, incluida la construcción de las iglesias de Paoay y Santa María, ahora mundialmente conocidas. Una de las iglesias que construyeron es ya una basílica, la de Badoc.

«Prácticamente, todo lo que se ve en un pueblo fue su contribución al desarrollo humano de nuestros antepasados», dice el padre Ericson Josué, estudiante de doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

«Construyeron nuestras iglesias y casas parroquiales, hicieron el urbanismo de las antiguas ciudades, construyeron los antiguos ayuntamientos y escuelas, dirigieron la construcción de carreteras y puentes que conectaban las ciudades, introdujeron el tejido del algodón y dirigieron la excavación de canales de riego», afirma el estudiante-sacerdote.

Orden de Agustinos RecoletosOrden religiosa

En 1516, a Tomás se le ofreció la cátedra de filosofía en la prestigiosa Universidad de Salamanca, donde los agustinos habían fundado un monasterio en 1377. Tomás rechazó la cátedra y en su lugar ingresó en la Orden de los Agustinos de esa ciudad. Ordenado sacerdote en 1520, pronto se le pidió que asumiera cargos administrativos en la Orden. Fue prior de las casas agustinianas de Salamanca, Burgos y Valladolid, y más tarde fue elegido provincial de Andalucía y Castilla. Como provincial, envió a los primeros misioneros agustinos al Nuevo Mundo, donde ayudaron a evangelizar el actual México y, desde allí, las Filipinas.

Los numerosos dones de Tomás, especialmente su erudición, su oratoria poderosa e inflexible, sus habilidades como mediador y administrador, y su sensibilidad hacia los sentimientos y las necesidades de los demás, le hicieron llamar la atención del emperador Carlos V, que le nombró capellán de la corte y luego arzobispo de Valencia en 1544.

Tomás floreció en España en una época en la que los pueblos europeos de los siglos XV y XVI se enfrentaban a los desafíos de sus visiones del mundo natural, la autoridad eclesiástica y los dilemas morales relativos a la naturaleza de los esclavos africanos y los pueblos indígenas de América. Como sacerdote y arzobispo, Tomás insistió en que los recursos materiales de la Iglesia debían compartirse con los más necesitados. Su vida se caracterizó por el amor al aprendizaje, la pacificación y como reformador de la Iglesia.