Universidad Rovira i virgiliuniversidad de tarragona, españa
Guillem Carrera, Tarragona (1979), arquitecto, estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona de la Universidad Politécnica de Cataluña, donde se graduó en 2004 con un proyecto de Centro de Ocio en Hellinikon, Atenas, Grecia.
Durante sus estudios participa en talleres internacionales en Italia y España. En 2005 abre un estudio en Tarragona. Desde 2005 trabaja en el Servicio de Ordenación del Territorio de Tarragona del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña. Desde 2005 hasta 2009 colabora con la Demarcación de Tarragona del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña en diferentes actividades culturales relacionadas con la arquitectura y la conservación del patrimonio.
Desde 2006 asiste a la Comisión Territorial del Patrimonio Cultural de Tarragona del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña. En 2009 la obra de reforma y rehabilitación de la Sección Agrícola y de Crédito de la Cooperativa Agrícola de La Canonja fue seleccionada en la VI Bienal de Arquitectura Alejandro de la Sota. En 2011, es el arquitecto invitado a la corrección final de proyectos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Rovira i Virgili. En 2012 es ponente en conferencias en la sede de Tarragona del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. En 2013 fue ponente y arquitecto invitado en el Taller de Biopsias Urbanas de la Escuela Politécnica Superior de La Salle – Universidad Ramon Llull. En 2016 fue ponente en la Demarcación de Tarragona del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y en la Biblioteca Pública de Tarragona. 2016 es seleccionado como destacado del Centro de Día y Casal para mayores de Blancafort en la plataforma de arquitectura Architizer, en Nueva York, EEUU. Sus realizaciones han sido publicadas en revistas del sector, libros de arquitectura y plataformas web especializadas.
Universidad de tarragona
Cuatro fotógrafos con sus cuatro puntos de vista sobre la joya jujoliana. La torre Gibert de Sant joan Despí. Elisenda Domingo, Carmen Ollé, Ei Point y Jordi Camprubí nos presentan esta exposición que puede verse hasta el 27 de marzo en el Barhaus de la Demarcación de Tarragona del Colegio de Arquitectos de Cataluña.
Tener una tía acomodada siempre es de agradecer para cualquier joven arquitecto, y eso es lo que le ocurrió a Jujol. Cuando todavía estaba a la sombra de Gaudí, Jujol recibió el encargo de Josefa Romeu-Grau, la viuda de Gibert, de hacer su casa de vacaciones. Fue una oportunidad única para darse a conocer y lanzar su aventura arquitectónica personal. En esta zona, al borde de la estación de ferrocarril de Sant Joan Despí, Jujol construyó esta torre como edificio aislado para dos casas que se conoce popularmente como «Torre del Ous» por el espectacular tejado que corona el edificio.
Como es habitual en muchos edificios del patrimonio arquitectónico catalán, la «Torre de la Cruz», ha llegado bastante deteriorada hasta nuestros días y tras su rehabilitación podemos disfrutar de esta pequeña joya jujeña de la que aún se conservan los principales vestigios. A la sombra de los grandes maestros del modernismo, la arquitectura jujeña no se hace con un gran presupuesto. Sin embargo el contraste entre los elementos emergentes y los que le dan cuerpo nos muestra un elegante ejercicio de estilo no braceado que nos permite apreciar en esta obra muchos elementos que se expresan mucho antes de que aparezcan en la historia de la arquitectura. El desprecio que los gestores catalanes aplican a las innovaciones que hacen los no mediáticos, ha provocado que estas trazas arquitectónicas no tengan el reconocimiento que merecen.
Clasificación de la Universidad de Tarragona
La propuesta de Guillem Carrera opta por no conservar ningún elemento existente, vacía los dos locales comerciales y realiza una rehabilitación integral con una propuesta caracterizada por la actualización de la fachada de las galerías, la mejora de la iluminación y la reorganización del interior.
Con el vaciado de los dos locales, como paso previo a su unión y a la rehabilitación integral, se consigue unir los espacios mediante un entramado metálico que consolida la estructura existente creando un doble espacio de acceso al local.
Las Galerías Minerva conforman la planta baja comercial de un edificio plurifamiliar construido en los años 70 en el barrio de expansión de Tarragona. Como la mayoría de las galerías comerciales implantadas entre mediados y finales del siglo pasado, están cubiertas y abiertas sólo a los peatones. Siendo, por tanto, elementos precursores en el nacimiento de los centros comerciales, cuya llegada ha supuesto que la mayoría de las galerías comerciales hayan cerrado las puertas o se hayan reconfigurado. Es el caso de las Galerías Minerva, que han visto cómo el comercio minorista ha ido desapareciendo y sus locales se han transformado en oficinas o consultas profesionales, como este proyecto.
Wikipedia
Hoy en día diseñar un centro educativo, ya sea un colegio o un instituto, supone trabajar con una serie de parámetros preestablecidos y regulados por las administraciones que encargan el proyecto. Estos parámetros van desde la calificación y cuantificación del programa, hasta la elección de los métodos estructurales y constructivos para levantar el edificio. Este condicionante de diseño favorece sin duda la rapidez del proceso de diseño y de la construcción del edificio, y se ha convertido con el tiempo en un sistema tipológico que ahonda en el concepto de arquitectura genérica, que parece tan apreciado en la actualidad por razones económicas.
En este contexto, el trabajo del proyectista debe centrarse principalmente en dos aspectos no menos cruciales: mejorar técnicamente, en la medida de lo posible, la tipología, adaptándola a los sucesivos cambios normativos e innovaciones del mercado, y situarla de forma lógica y adecuada en el solar asignado.
El proyecto consiste en un edificio de forma rectangular de 79,90 x 19,15 m, con el gimnasio como dependencia en el lado norte del solar, y un espacio entre las dos construcciones acoge el porche de la escuela primaria. Se propone un edificio compacto, que minimiza el impacto económico en las fachadas, con una organización sencilla que permite estandarizar y prefabricar uno y todos los elementos estructurales y constructivos. La estructura se ha diseñado en hormigón prefabricado, así como los cerramientos y las fachadas tratadas con una fenestración mínima, para adecuar el edificio al clima.